El fin de semana fue de lo mejor, el corto viaje estuvo increíble. Un poco de tráfico al salir de la ciudad y un accidente carretero hicieron que llegáramos media hora más tarde de lo planeado. Noche de descanso y el sábado como a las 11:00 salimos en los autos para iniciar el ascenso a la monta?a. De los 1,600 metros SNM en que está Ixtapan del Oro hasta los 3,000 metros SNM que pudimos llegar a bordo de los vehículos. Una corta caminata y un poco de suerte pero llegamos sin mucho esfuerzo a uno de los santuarios protegidos de las mariposas Monarca. El espectáculo de la naturaleza fue magnifico, millones de mariposas levantando el vuelo cuando los rayos del sol calientan las ramas de los Oyameles. El silencio del bosque solo se ve interrumpido por el aleteo de las mariposas. Permanecimos en comunión con la naturaleza y los millones de mariposas por un buen rato, después a los autos para iniciar el descenso de las monta?as.
Llegamos a Ixtapan para enfrentar una rica comida y descansar de la jornada matutina. Por la noche una buena velada acompa?ada con tequila, ron y cerveza.
Domingo en la ma?ana? dormir y dormir?
Al filo del mediodía un abundante desayuno para irnos al ba?o ritual y concurso de camisetas mojadas de Mónica y Belem, tres kilómetros de travesía por la orilla del río y llegada a el Salto. No había nada de gente y pudimos disfrutar una vez más de la naturaleza. El agua estaba helada como siempre pero con el calor que hacia se antojaba el ba?o.
Mónica y Belem no esperaron más y se metieron al agua, las acompa?o Diego en este primer intento que culminó con mucho éxito ya que lograron entrar y permanecer en la cascada por buen tiempo. Más tarde volvieron a entrar y en esta ocasión entré con ellas. El frío del agua y el aire que acompa?a a la caída del agua nos cortaba la respiración, pero después de un momento el cuerpo se acostumbra y todo es más divertido.
?Empate! Las dos ni?as bien portadas y sus camisetas empapadas lograron un verdadero empate. Quedaron súper sexys.
Ya de regreso nos detuvimos un rato a la orilla del río para lavar un poco la ropa y quitarnos la arena de los tenis, ya un poco mas recuperados del frío provocado por el agua helada nos encaminamos al pueblo para disponernos a descansar un rato y emprender el regreso a la ciudad. Un poco de compras de último momento para traer algunos víveres a la ciudad y de nuevo a la carretera. El regreso se hizo sin mas novedad y al anochecer llegamos al DF. El viaje fue delicioso y las nuevas sucias están más que dispuestas para seguir saliendo los fines de semana.
Maricarmen saco un diez por haber invitado a sus colegas.
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