viernes, octubre 31, 2008

Fiesta de Cristo Rey en Patamban

Patamban, Michoacán. Fiesta de Cristo Rey

Después de tres semanas en el D.F., regresamos a Patamban para disfrutar de la fiesta de Cristo Rey. Para está ocasión va con nosotros la esposa de mi amigo, mi hijo Gerardo y dos invitadas: Lucy que ayuda a mi amigo en su librería y Fátima que es mi becaria en la oficina. Salimos de D.F. muy temprano para tratar de evitar el tráfico de Constituyentes y Salir lo más rápido posible hacia Toluca. No contábamos con un accidente en la carretera que nos hizo perder mas de 30 minutos en lo que las grúas retiraban el vehiculo accidentado. Pasado ese mal momento, seguimos ya libres hacia Toluca, Atlacomulco y la autopista de occidente. Hacemos la parada de rigor en Zamora para degustar la birria del mercado y algunas compras para preparar algo de comer en la casa del pueblo.

Llegamos a Patamban a muy buena hora para cocinar. Me toca preparar una lasagna que me había solicitado la hermana de mi amigo. Comimos ya al anochecer, descansamos para afrontar el sábado con la mejor condición de estomago e hígado. El sábado se organizó una rica comida en la casa, llegaron mucho invitados de mi amigo para la comida. Algunos desde Aguascalientes! Llegaron mariachis y se hizo un buen ambiente hasta entrada la noche. Corrieron ríos de tequila, ron, whisky, cerveza y algunas otras cosas. Todo eso sirvió para alegrar a algunos de los invitados y para marear a otros. Como el anfitrión fue seminarista en sus años mozos, llegaron otros compañeros exseminaristas, de los cuales sólo uno termino el sacerdocio. Había un santo y siete cabrones.

El clima ese día sufrió una caída en la temperatura y comenzó a hacer muchísimo frío, una fogata en la huerta nos mantuvo calientes gran parte de la noche. La mayoría de los invitados se retiraron a dormir, solamente quedamos Fátima y yo en la fogata. Y así llego el día domingo, nos retiramos de la fogata a las 06:30 para dormir un poco, levantarnos temprano y seguir la juerga. El domingo es tradicional hacer un arreglo de flores o aserrín pintado por las calles donde más tarde se paseara el sacerdote con el Santísimo… el pueblo entero se prepara desde muchos días antes para estos arreglos, se recolectan flores de los campos cercanos, se pinta aserrín y se hacen los “arcos” y adornos de las calles.

Como la casa de José Luis tiene dos frentes y por los dos pasa la procesión, hay que colaborar con los arreglos. Afortunadamente los vecinos de enfrente de uno de los lados de la casa tienen todo preparado y solo nos toca ayudar con la mano de obra. Gerardo, Lucy, Fátima y yo pasamos un buen rato hincados en las piedras de la calle para ayudar a colocar el tapete de aserrín y adornos que lo acompañan. Terminamos ayudados por unas ricas y frías “chelas” para ir a ver todos los tapetes o arreglos que se hacen por todo el pueblo. Unas horas de caminata entre un mundo de gente y disfrutando las obras de arte efímero que se hacen. Hay muchas artesanías en venta y puestos ambulantes de comida y chucherías chinas. La comida en casa sigue siendo muy abundante pero ya se respeta a las botellas sobrantes del día anterior, quedan botellas de ron, tequila y whisky pero ya nadie les hace caso. Casi todos están muy humildes por la tremenda juerga de ayer. Yo me salvé en esta ocasión. Ayer me mantuve medio abstemio!

El domingo por la noche había dos bandas para el baile y fuegos pirotecnicos pero ya el cansancio y el saber que había que manejar de regreso a la capital el lunes, nos impidió seguir disfrutando la fiesta. Lunes por la mañana y regreso al DF no sin antes “pueblear” por la meseta y la zona lacustre. Pasamos por Ocumicho, Cocucho, Nurío, Pomacuarán, Paracho (paramos a comprar artesanías), Cherán, Nahuatzen, Sevina, Pichátaro, Pátzcuaro, Morelia y la autopista de occidente para llegar al DF como a las 16:00. Más descanso y termina la jornada de diversión.

En está ocasión no podían faltar las clásicas intrigas, los malos entendidos y las anécdotas típicas de una reunión de tanta gente. Como muchas veces, me mantengo en el centro de las turbulencias y las intrigas palaciegas! En esta ocasión otra persona y yo fuimos el centro de una pequeña tormenta, ¿Quién? ¿Qué pasó? Todo esto será parte de una historia que recién empieza y que es posible continué para el día 15 de noviembre que me voy por una semana para disfrutar del Maratón Náutico del Río Balsas. La tierra “caliente” de Guerrero y Michoacán me esperan, para terminar con unos días de descanso en Ixtapa, Zihuatanejo. ¿Nos iremos en el Porsche 911 de Lorenzo? ¡Yupiii! ¿Correrá a 243 Kms/hora? ¿Alguien nos alcanzará en la playa? ¿Estarán las edecanes y Miss Coyuca del año pasado? Estas interrogantes serán aclaradas en una próxima crónica.

Fiesta de San Francisco de Asis en Patamban

Patamban, Michoacán. Fiesta a San Francisco de Asís.

La fiesta que anualmente se festeja en muchos pueblos de la meseta purépecha tuvo su origen en la evangelización por parte de sacerdotes franciscanos en está región de Michoacán. Los diferentes pueblos tienen como santo patrón a San Francisco. Es el caso de San Francisco Cherán, San Francisco Peribán, San Francisco Patamban y mucho otros más.

Como lo hacemos cada año, nos regalamos unos días (dos amigos y yo) para irnos a Patamban y disfrutar de la fiesta patronal. Salida del D.F. en viernes muy temprano para llegar a almorzar a Zamora. Una rica birria de chivo en el mercado nos repone energías para seguir la carretera hacia Tangancícuaro y después Patamban. De paso en Zamora nos hacemos de algunos kilos de buen queso, una caja de charanda y algunas otras cosas necesarias para pasar la fiesta en buenas condiciones.

Llegar a Patamban y hacer un poco de limpieza en la casa de uno de mis amigos fue el inicio de cuatro días fuera de la megápolis y sus líos de transito y locura habitual. La fiesta fue el día 4 de octubre (sábado). Como en todas las fiestas religiosas en esa zona de Michoacán, no podían faltar las bandas de música, la abundante comida con múltiples platillos típicos de la región y los fuegos pirotécnicos.

Algunos de los platillos se hacen sólo para esta fiesta, así tuvimos oportunidad de probar cosas exquisitas, aumentar algunos kilos y subir el nivel de triglicéridos. Valió la pena!

Después de la fiesta, un par de días de descanso y regreso a la capital. Ya dejamos la casa más o menos limpia para nuestro regreso en el último domingo de octubre para asistir a la fiesta más grande del año. La fiesta a Cristo Rey… eso será tema del siguiente viaje.